VALDENSES PRE-REFORMA MANTUVIERON LOS DEUTEROCANÓNICOS EN SU BIBLIA

En este artículo complementaré mi otro artículo relacionado a la FALSA CONFESIÓN DE FE VALDENSE DEL AÑO 1120, FALSO CANON BÍBLICO PRE-REFORMA DE 66 LIBROS DE LOS VALDENSES, donde demostré que dicha falsificación fue más bien un intento desleal de parte de los protestantes, con el que pretendían apoyar la tesis de que antes de la reforma los Valdenses empleaban Biblias sin los Deuterocanónicos. A continuación voy a abordar el caso de los Valdenses, respecto a si diferenciaban o no los Protocanónicos de los Deuterocanónicos, y citaré varios académicos que afirman que no existe evidencia alguna que apoye que los Valdenses diferenciaron entre los libros Protocanónicos y Deuterocanónicos del Antiguo Testamento.

  1. Primera Referencia. El Profesor Edward Reuss, quien es quizá el erudito que ha hecho el mayor análisis de los manuscritos valdenses (c.f. Pierrin, History of Waldenses and Albigenses), nos afirma lo siguiente:

«En cuanto a los Valdenses, puedo simplemente repetir aquí lo que ya he demostrado extensamente en otro lugar, a saber, que la opinión común que les da el honor de haber hecho una separación cuidadosa entre los libros apócrifos del Antiguo Testamento y los canónicos, es falsa y errónea en todos sus extremos. (…) Los valdenses de la Edad Media estaban familiarizados, y pudieron estar únicamente familiarizados con la Vulgata, en la forma como fue generalmente recibida en su tiempo.«

[Fuente: History of the Canon of the Holy Scriptures in the Christian Church, Edward Reuss, 1887. Página 264.]

2. Segunda Referencia. El autor e historiador Pius Melia, D.D (Doctor en Divinidad) nos afirma lo siguiente:

«En relación con los diferentes libros de la Biblia, no se encuentran en ninguno de los textos antiguos valdenses, ni la palabra ni el significado de la palabra apócrifa. Ellos admitieron toda la Biblia como fue admitida por los católicos, sin excluir del número de sus libros aquellos que los nuevos reformadores excluyeron como no canónicos.»

«Por lo tanto, es indudable que, antes del tiempo de Lutero y Calvino, los Valdenses admitieron todos los libros de la Biblia tal como lo hizo la Iglesia Católica.«

[Fuente: The Origin, Persecutions and Doctrines of the Waldenses, from documents, many now the first time collected and edited, Pius Melia, D.D, 1870, páginas 94 y 98.]

3. Tercera referencia. Los mismos manuscritos Valdenses que se conservan incluyen los libros Deuterocanónicos junto con los Protocanónicos sin incluir ninguna nota, aclaración o afirmación que de la idea de una separación entre ambos conjuntos de libros. De acuerdo al erudito y experto en manuscritos valdenses, James Henthorn Todd, D.D., se tiene la siguiente evidencia con relación a los manuscritos valdenses:

«En el volumen C de los manuscritos de los Valdenses, en la Biblioteca de Cambridge, hay una traducción de parte de los MACABEOS, capítulo vii. de la Vulgata, y una traducción de algunos capítulos de Job, y todo el libro de TOBIT también de la Vulgata, que comprende ese famoso pasaje del Ángel: «Orar es bueno con ayuno y limosna, más que acumular tesoros de oro; porque la limosna libera de la muerte, y la misma es la que purgó los pecados, y busca la misericordia y la vida eterna «(Tob.Capítulo Xii.8 y 9). En el volumen E hay extractos de Proverbios, Eclesiastés y ECLESIÁSTICO. En el volumen F, junto con traducciones de partes del Nuevo Testamento, hay dos capítulos del libro de la SABIDURÍA.

(…) y en el volumen B hay un tratado sobre los Mandamientos. No están divididos de acuerdo con los nuevos reformadores, sino de acuerdo con el Catecismo Católico: a saber, el primero y el segundo mandamiento, de acuerdo con la división adoptada por los reformadores, están unidos y son llamados el primer mandamiento, como lo hacen los católicos.»

[Fuente: The Books of the Vaudois: The Waldensian Manuscripts Preserved in the Library of Trinity College, Dublin, James Henthorn Todd, D.D., páginas 214 a 217]

4. Cuarta referencia. Libro: “Canon of the Bible”, del erudito protestante Samuel Davidson, quién afirma claramente:

El canon de los Valdenses tuvo que haber coincidido al inicio con el de la Iglesia Romana; porque el MS. Dublin que contiene el libro del Nuevo Testamento tiene adjunto al mismo el libro de Sabiduría y los primeros veintitrés capítulos de Sirácida (Eclesiástico); mientras que el Códice de Zurich del Nuevo Testamento tiene referencias en los márgenes a los Apócrifos; a Judith, Tobías, Esdras, Sabiduría, Sirácida y Susanna. El «Nobla Leyczon» que contiene una breve narrativa de los contenidos del Antiguo y Nuevo Testamento confirma esta opinión.

[Fuente: “Canon of the Bible”, Samuel Davidson, pag 241]

5. Quinta referencia. Esta viene de uno de los más importantes historiadores valdenses, Emilio Comba, quien además fue profesor en el Colegio Teológico Valdense en Florencia, Italia. En su libro “Valdo y los Valdenses antes de la Reforma”, y que actualmente está disponible en la página web de la Societ’a di Studi Valdesi, indica lo siguiente:

Debemos inferir, lo que es de otra forma probado con hechos, que, siguiendo a Valdo, ellos (Valdenses), buscaron la suprema autoridad en materias de fé, en los Evangelios y todos los Libros Sagrados del Antiguo y Nuevo Testamento, sin si quiera exceptuar los Apócrifos.

[Fuente: “Valdo y los Valdenses antes de la Reforma”, Emilio Comba, 1880 , Pag. 54]

6. Sexta referencia. Philip Jenkins, distinguido autor y profesor de Historia en Baylor University, Instituto para los Estudios de Religión. Indica lo siguiente:

Incluso proto-protestantes medievales como los valdenses no solo aceptaron y leyeron estos libros, sino que prácticamente los trataron como parte de sus secciones favoritas de la Biblia. Amaban las historias como la de los Macabeos y Tobit, y veneraban a los personajes principales como modelos Cristianos a seguir.”

Fuente: https://www.patheos.com/blogs/anxiousbench/2013/06/the-second-canon/#

Conclusión.

La evidencia de historiadores y fuentes eruditas indican que los valdenses no hicieron una distinción entre Protocanónicos y Deuterocanónicos, sino que trataron a todo el conjunto como un solo Corpus, es decir, su Biblia. Hasta ahora no he encontrado una fuente académica seria que indique lo contrario, salvo algunas páginas protestantes con marcados sesgos anticatólicos, que tratan de afirmar lo contrario pero sin soporte académico ni bibliográfico.

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